La plata coloidal es un poderoso antibiótico de amplio espectro que inactiva las enzimas que bacterias, hongos, virus y parásitos usan para su metabolismo del oxígeno, causando entonces su asfixia tras pocos minutos. Las formas pleomórficas (que tienen capacidad de adoptar distintas formas) o mutantes de estos organismos son también vulnerables. Muchos antibióticos matan solo pocos microorganismos causantes de enfermedades, pero el coloide de plata es conocido por su eficiencia sobre centenares de ellos.
Las propiedades antibacterianas, antivíricas y desinfectantes de la plata se conocen desde hace siglos. El uso antibiótico de la plata data de civilizaciones tan antiguas como la griega y la romana, que también utilizaban este metal para elaborar utensilios de cocina o recipientes donde almacenar y servir el agua. Ya entonces sabían que la plata inhibe el crecimiento de los microorganismos que dañan alimentos y bebidas. Los primeros pobladores del Oeste americano introducían un dólar de plata en los recipientes con leche para facilitar su conservación y evitar el crecimiento de hongos y bacterias.
De hecho en la actualidad se sigue confiando en la capacidad de la plata coloidal para eliminar una amplísima gama de organismos patógenos (las principales líneas aéreas del mundo utilizan filtros de agua en base a plata) e incluso para potabilizar el agua. Los rusos la utilizan para esterilizar el agua reciclada a bordo de las estaciones espaciales y la NASA eligió un sistema de tratamiento de aguas a base de plata coloidal para el shuttle o taxi espacial.
Tanto la medicina tradicional...
ISABEL LORENZO LORENZO
Especialista en Oncología Médica.
Los linfocitos T (LT) y las células NK son los principales responsables de la inmunidad natural antitumoral. Los LT coordinan la respuesta inmune celular reaccionando ante antígenos proteicos. Durante su desarrollo, en la fase embrionaria del ser humano, los LT deben ejercitarse en reconocer las células identificadas como "propias" del individuo, para aprender a "tolerarlas", es decir, a no atacarlas.
Cuando una célula del cuerpo es infectada por un virus, es muy posible que en su superficie acaben asomando proteínas del propio virus que la ha colonizado. Entonces, los LT son capaces de reconocerla como extraña y ponen en marcha los mecanismos para su destrucción.
Algo similar ocurriría para las células neoplásicas. Aunque el cáncer se desarrolla a partir de células del organismo que los LT reconocen como propias, durante la proliferación de las neoplasias suelen ir desdiferenciándose y apareciendo en su superficie ciertas proteínas, los " antígenos tumorales", con las que pueden ser reconocidas por los linfocitos T como "extrañas" y ser eliminadas.
La presencia de células con antígenos tumorales produciría una respuesta en el organismo cuyas dos principales consecuencias serían el incremento del número de LT específicamente sensibilizadas y la generación de células de memoria que guardarían, ya para siempre, el recuerdo del estímulo nocivo. Teóricamente, si éste volviese a aparecer en cualquier parte del cuerpo, sería reconocido inmediatamente y se originaría una nueva expansión clonal capaz de acabar de forma inmediata con el tumor.
Debido a estas propiedades...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si es sobre microbiología, inmunología, hematología, bioquímica o sobre este sitio, ¡adelante!