Durante marzo del 2009 en Estados Unidos, un par de pacientes con signos
clínicos de influenza no respondieron al tratamiento tradicional. Los
médicos norteamericanos procedieron al aislamiento del virus, y al
realizar el análisis filogenético de las secuencias de todos los genes
identificados en la cepa A/California/04/2009 se observó que esa
particular combinación de segmentos no se había visto en ninguna parte
del mundo.
Como se relata en el documento Hechos sobre el brote de influenza 2009 en México,
editado en colaboración con la UAM Xochimilco, se trataba del virus A
(H1N1), cuyo origen se atribuye al intercambio de cepas virales entre
cerdos, humanos y aves.
Y es que los cerdos presentan una
característica especial que los distingue de otras especies: poseen
receptores en sus células capaces de ligar virus de la influenza
porcina, aviar y humana. Dos o más tipos de virus pueden coinfectar las
células porcinas y combinarse para producir un nuevo virus. A esto se le
conoce como “vaso de mezclado”.
Los virus de influenza de animales y
humanos, ya recombinados en el vaso de mezclado, se someten a cambios
genéticos drásticos durante decenas de años para luego establecerse en
la población humana y contagiarse vía contacto directo humano-humano.
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